lunes, 6 de agosto de 2012

Tarde de Reproches

Cuando la llovizna suele transformarse en un molesto acompañante en el cotidiano trajinar de las veredas, suelo encontrar en las librerías un refugio eficaz contra el fastidio.

Al ingresar al viejo local de Colon y Belgrano me encuentro con el novel y orondo Subsecretario de Comunicación Pública a cargo de la Dirección de Prensa, Ceremonial y Protocolo, Don César Agustín Martínez, quien aprovechando los beneficios de la PonceCard Gold había adquirido un libro de autoayuda titulado “Remordimientos por mi Pasado” de Merlina Meiler y El Arte De La Buena Mesa. Protocolo y Sugerencias Decorativas de Isabel Maestre. Indudablemente la preocupación por el nuevo y anterior empleo, conformaban el universo de sus preocupaciones literarias.

Hubo un libro que me estaba llamando la atención por sus páginas en blanco y su titulo “Mi Historia Personal en San Luis” de Hugo Silva, cuando recibí el extraño mensaje en el GPS “Porque somos sujetos de derechos, nos juntamos a disfrutar de la tarde de lluvia en la Muni”, aprovechando que el ex cronista del Diario de la República recibió el mismo mensaje, me camufle en su mochila en forma de paraguas de mano y deje que me lleve hasta el despacho del lord mayor del condado.

Al llegar nos encontramos con el hermano de Moira conversando animadamente con sus sobrinos, la Directora General de Gestión Administrativa, Paola Ponce y el Jefe de Gabinete, Piri Macagno “Chicos, el domingo es el día del niño y saben perfectamente que soy un ser muy familiero, sufro mucho cuando los demás están solos, me gustaría que aprovechando que son empleados municipales los hijos, sobrinos, nueras y esposa del “Chaco” Silva, puedan venir a conocer San Luis, sería muy lindo, comemos todos juntos y después nos vamos a los festejos o a pintar algunos de los murales que está organizando, con perdón del apellido, Videla en cultura”.

El relajado clima distendido se vio sobresaltado por la interrupción del Secretario de Desarrollo Social, Salud, Cultura y Educación, Don Carlos Jacomet “Claro todo para Silva ¿y Yo qué?, ¿mi soledad no vale nada?, 8 meses solo como un marrano para que nadie piense en mi”, “lo mismo digo yo – expresó en el debut de sus cuerdas vocales el mediterráneo Secretario de Desarrollo Urbano, Arq. Carlo Barbaresi – al final parece que no valoran nada que deje mi Cátedra de Arquitectura en Córdoba y el taller de Viviendas de Barro Para Todos en San Juan, se la pasan pensando en Silva como si nosotros no hubiéramos dejado nada” se lamentó con amarga tonada cordobesa el proyectista mediterráneo.

Cuando Mirandita pensaba que la emergencia se encontraba en su punto más álgido, un reproche mayor le esperaba a Enrique I, el rostro turbado y azorado del Secretario de Hacienda e Ingresos Públicos. Don Esteban Pringles., ingreso al salón municipal “Jefe esta su esposa afuera e insiste en hablar urgente con usted”, la primera dama no espero la respuesta del alcalde para ingresar como una ráfaga arremolinada del chorrillero en la sala de situación.

“Todo muy lindo, mientras vos estas acá divagando con tus sobrinos yo me tengo que bancar que Pedro, Andres y Julian me den vuelta la cara adelante las vecinas que trabajan en el cerro” Pedro, Andres y Julian son los que cada día proveen de las frutas, verduras y carnes a la morada del hermano de Carlos. “Te banque en todas las aventuras comerciales que emprendiste, pero en esta, No, desde que se te dio por poner los Mercaditos Para Todos, en los comercios del barrio no me quieren atender o lo hacen de mala gana, en la verdulería, me vendieron los melones verdes, en la carnicería un asado de una vaca que tuvo muerte natural; ni se te ocurra pensar que voy a ir a la panadería, porque me van a encajar el pan francés que comía Napoleón” exclamó la dama de Don Enrique I

“Tenes que entender querida que los Mercados Para Todos son un proyecto nacional y popular que él pensó, ella implementó y que nosotros estamos aplicando en la ciudad para que podamos regular el mercado, bajando las ganancias de los intermediarios en la cadena de producción” trató de explicar el gerente de familia a su esposa quien rápidamente le reprochó “el relato ese déjalo para tus funcionarios cuando se juntan a divagar en las reuniones de gabinete, los comerciantes del barrio no me hablan porque dicen que por tu culpa no venden nada y si miras por la ventana, te vas a dar cuenta que el súper de enfrente está lleno”

Viendo como el hombre de las mil respuestas buscaba con la mirada el salvataje que no llegaba de sus sobrinos, seguramente deseando el embate de los del cerro o la indiferencia de los de la plaza antes que el ataque del frente interno, decidí acercarme por la cocina del viejo edificio de San Martin y Belgrano, porque al fin y al cabo, los días de lluvia fueron pensados para unas buenas tortas fritas; sin más planes.

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