jueves, 23 de agosto de 2012

El Cerrajero Ponce

Había decidido retirar mi permiso de poda en el edificio municipal. El fresno de la puerta de casa se encontraba necesitando cuidados intensivos, conociendo los beneficios del arbolado urbano que establece Wikipedia (reduce el stress y oxigena la atmosfera) y la escases de estos en la ciudad de San Luis, consideré necesario proteger al exótico arbusto de mi cuadra.
 Al llegar a la mesa de entrada estaban las empleadas brindando con Sidra Rama Caída Sin Alcohol y Pan Dulce Noel. “¿Sabe lo que pasa Don Mauricio? el tío se arregló con el sobrino y nos mandaron la sidra y el pan dulce para que festejemos. La verdad, que a mí que ellos se amen, se peleen y se vuelvan a amar, ni fu, ni fa, pero debo reconocer que la reconciliación fue emotiva. El domingo, con los festejos del día del niño en la estación, él le regaló un muñeco articulado de los Thunder Cats, con La Espada del Augurio incluida, no paraba de llorar el mocoso cuando vio el regalo que le hizo su tío” ,me contaba Elvira, mientras cortaba un pedazo de pan dulce con una cucharita de té.
En el momento que estaba por pagar la tasa para la poda del arbolado, recibo un alerta de “Ponce al Instante” en mi GPS: “Bores, lo espero en mi oficina, necesito asesoramiento. Sir Enrique I”. Mientras subía al primer piso de la vieja casona recordé que a partir del momento que los muchachos Del Cerro habían visitado Londres, el Jefe había decidido empezar a utilizar nomencladores ingleses para no sentirse menos.
“Los he llamado porque estoy apesadumbrado, desde que asumí, hace 8 meses y 13 días solo he entregado llaves de la ciudad y apenas si inaugure 7 cuadras de pavimento, no me parece justo, mientras él, allá en El Cerro, se la pasa inaugurando cosas todos los días, yo no pude descubrir ni una simple placa con mi nombre. Es más, todos los bronces que tuve en mis manos, fueron las llaves de la ciudad que entregue, yo soñé llegar a la intendencia para ser recordado como el intendente de las viviendas, el intendente del hospital municipal, el intendente de la escuela de oficios, el intendente de las transformaciones, pero si seguimos a este ritmo me van a recordar como el Cerrajero Ponce, quiero inaugurar algo…, llevo un montón de meses encerrado en mi oficina y quiero inaugurar algo” expresó en una amarga letanía el alcalde mayor de la ciudad.
“Yo la verdad jefe que esta semana no tengo más desobstrucciones para inaugurar, la semana pasada con eso de la cloaca, metimos dos soluciones habitacionales mas para poder llegar a las 10.000 que usted prometió, pero con el feriado, la semana se acortó y no pude destapar ningún baño para que podamos inaugurar” comento el Ing. Zarrabeitia. “De mi parte Señor Enrique, si le parece oportuno, podría organizar un torneo interzonal de sapo y entregamos una copa con su nombre inscripto en bronce para que el ganador la conserve hasta la eternidad” lanzó la idea nuestra directora de deportes, Danielita Serrano.
“Yo traigo una idea superadora – arriesgo con pasión y certeza el director de cementerios José Bressano – a la camioneta nueva que usted está usando jefe, no la hemos inaugurado, si no le parece mal, podríamos ponerle una placa adelante y otra atrás que diga: Municipalidad – Intendencia – San Luis. Yo si usted me permite se la hago de bronce maciza, aprovechando que tengo un resto de un entierro que al final se lo llevaron a un cementerio privado, si me permite, se la ponemos a la camioneta”. No hay como la familia para conocer los sentimientos de a quien se quiere bien, fue por ello, que el Piri se envalentonó con la propuesta del compañero sepulturero y agrego “si le parece Tío Enrique, le ponemos la placa, invitamos a las Bastoneras de Santa Cecilia, le pedimos al Rodolfo (Negri – ex docente y empresario) que contrate a Los Nocheros y antes de empezar el recital, le sacamos la cortinita a las placas y usted las deja formalmente inauguradas”
“Gracias José por tanta creatividad al servicio del Proyecto Nacional y Popular, quiero quedarme con las placas que hiciste y sacar esa chapa negra con la inscripción blanca de LHZ 216, me gustaría que ese formalismo no opaque el acto que será recordado por las futuras generaciones”, relato con satisfacción Don Enrique I.
Viendo que ya iba a aparecer alguien de tránsito para explicarle que la patente no se puede sacar y que va a tener que dejar que la placa de bronce conviva con la patente, me retire con la tranquilidad de saber que nuestro adalid de Kolina, había pasado al bronce, había logrado trascender mas allá de su gestión.Las futuras generaciones al ver pasar la Amarok Blanca, van a poder observar su paso a la perpetuidad, la paz de saber que es mucho más trascendente que te digan Camioneta Ponce a ser el Cerrajero Ponce, volví a la planta baja buscando mi permiso de poda.

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